El Equipo del Andén

- Minerva Mcgonagall: Ella es nuestra querida y octogenaria directora. Su despacho está siempre abierto a cualquier tipo de duda y sugerencia. No tengas nunca miedo de preguntarle nada, según nuestras fuentes lleva más de 34 años sin comerse ningún alumno.

- Oliver Wood: De nada servirá que intentes engañar al Jefe de Gryffindor. El joven Wood conoce todos los trucos y artimañas de los alumnos y no dejará que le tomes el pelo. Orgulloso y carismático, este profesor de altos vuelos no tolerará las faltas de respeto.
Pero si el Jefe de Gryffindor te intimida, no dudes en buscar a Sir Nicholas de Mimsy Porpington, más conocido como Nick Casi Decapitado, que alegremente te ayudará en todo lo que necesites. Procurad no recordarle muy a menudo que su cabeza todavía sigue pegada a su cuerpo.

- Fifi LaFolle: La anticuada y recatada Jefa de Hufflepuff se encargará de controlar los impulsos inapropiados de los más jóvenes. No te dejes llevar por su aspecto delicado o su caracter bonachón, pues es capaz de transformar ciertas partes del cuerpo humano en legumbres y hortalizas.
Para los despistados de Hufflepuff, El Fraile Gordo siempre estará dispuesto a tender una mano amiga. Podrás encontrarlo cerca de las cocinas puesto que ese siempre ha sido su lugar favorito del castillo.

- Nathaniel I. Splash U.: Nuestro inteligente y atractivo Jefe de Ravenclaw. Más vale que no te saltes ninguna norma en su presencia si no quieres pasarte una semana entera sufriendo debido a uno de sus encantamientos "especiales".
Y si perteneces a Ravenclaw y necesitas ayuda o consejo, siempre podrás contar con La Dama Gris, paciente y agradable, aunque también muy estricta.

- Horace Slughorn: Que no te engañe su aspecto ni el hecho de que sea el Jefe de Slytherin, pues este viejo cascarrabias siempre atiende los problemas que tengáis. Eso sí, más te vale no hacerlo enfadar o corres el riesgo de ser vilmente envenenado con sus pociones.
La mano derecha del Jefe de Slytherin es El Barón Sanguinario. Ten cuidado, no le enfades, pues aunque esté dispuesto a ayudar en todo momento, su paciencia se agota facilmente y su ira causa verdadero terror.